Los Mejores Boxeadores Latinos de Todos los Tiempos

El boxeo es un deporte de combate, lo cual lo hace algo automáticamente controversial ya que, para algunas personas, no es más que una demostración bárbara de la agresividad humana, el equivalente de la pelea de gallos, pero con hombres.

Por el otro lado, se encuentran aquellos que lo consideran extremadamente entretenido y emocionante, cada match los mantiene en vilo. Las apuestas generadas por el pugilismo profesional contribuyen al bombo publicitario de este deporte.

Una pelea puede generar hasta mil millones de dólares, colocando el boxeo entre los mejores generadores de ingresos cuando se trata de deportes lucrativos.

El “box” (así llamado en México y otros países hispánicos) empezó a cobrar su gran notoriedad latinoamericana a partir de los fines del siglo XIX cuando comenzó a diseminarse en varios países no anglosajones, en particular: Cuba, México, Argentina, Puerto Rico, Panamá, Sudáfrica y Filipinas, por mencionar solo algunos.

Desde entonces, se ha vuelto todo un fenómeno con una cuantiosa base de seguidores alrededor del globo. Son considerables los aportes de los estados iberoamericanos al mundo de box, pues de allí han originado algunos de los grandes del deporte.

En seguida, les proporcionamos las figuras más renombradas dentro del mundo del pugilismo hispánico.

Juan Manuel Márquez

Fuente: Pinterest

Seguimos con otro boxeador de la tierra azteca, el llamado “Dinamita”. Juan Manuel Márquez Méndez nació el 23 de agosto de 1973. Durante dos décadas, “Dinamita” Márquez fue uno de los mejores boxeadores del planeta.

En su palmarés posee el título de Campeón del Mundo en cuatro divisiones diferentes. Dotado de una gran técnica de pelea, una precisión loable y una potente pegada, Márquez solo cedió en siete ocasiones y por supuesto, nunca por KO.

Protagonizó a uno de los triunfos más grandes y espectaculares en la historia del boxeo mexicano, cuando dejó KO a la leyenda asiática, Manny Pacquiao en diciembre de 2012 en la pelea del año.

En ese mismo año, Juan Manuel Márquez fue reconocido como el mejor boxeador del mundo por “The Ring” y otras organizaciones y analistas. Con un contragolpe sublime, el segundo tetracampeón mexicano se retiró del ring el 17 de mayo de 2014.

Este año, será inmortalizado en el Salón de la Fama como parte de la clase 2020. Sostuvo 18 peleas de campeonato con saldo de 12 triunfos, cinco derrotas y un empate.

Vicente Saldivar

Fuente: Boxing News

Nacido el 5 de marzo de 1943 en la Ciudad de México, Vicente Samuel Saldivar García se hizo Campeón Nacional de su país natal con apenas tres años en el mundo del boxeo profesional.

El dos veces Campeón del WBC (CMB) peso pluma y Campeón de WBA (AMB) peso pluma fue apodado “El Zurdo de Oro” por poseer un puño izquierdo sumamente educado y privilegiado con efectos potentes sobre sus oponentes.

Saldivar fue el poseedor de un historial extraordinario como vencedor de 37 de sus 40 peleas profesionales dejando una huella indeleble en el boxeo en México y a nivel global, aunque nunca logró figurar entre los más populares o queridos con la población mexicana, pues “el Zurdo” jamás logró amasar una gran base de aficiones a pesar de su innegable talento; y son pocos los de su país que lo consideran un verdadero ícono del pugilismo.

Falleció a los 42 años, el 18 de julio de 1985 pero perdura hasta hoy su memoria. En el año 1999, fue póstumamente exaltado en el Salón de Fama del Boxeo Internacional ubicado en Canastota, Nueva York.

“José” Pipino Cuevas

Fuente: BIO

El cuarto mexicano consecutivo en esta lista casi dominada por los oriundos de la tierra azteca, es Pipino Isidro Cuevas González. No, no nos estamos refiriendo a la marca de tequila, esto será otra lista.

Jose Cuervo es propiedad de la familia Beckmann mientras que Jose Cuevas es un exboxeador profesional procedente de Santo Tomás de los Plátanos, México.

Muchos piensan que “El Pipino” fue apodo pero confirmó el boxeador que es su nombre real de origen italiano.

Hasta hoy, no se sabe de donde procede el “José’ que suele aparecer como su primer nombre en varias páginas de web incluso el famoso Wikipedia. Ya aclarado este dato curioso, abordamos el verdado tema por tratar.

Pipino Cuevas nació el 27 de diciembre de 1957. Con tan solo 14 años, Pipino hizo su debut profesional en la escena del boxeo. De sus primeras doce peleas, solo ganó siete.

Por fin, logró acumular una racha ganadora de ocho triunfos consecutivos, acortado por su derrota en el enfrentamiento contra Andy Price.

El 17 de julio de 1976, el chamaco de 18 años se convirtió en el Campeón Mundial wélter  de la AMB, el más joven de la historia del boxeo mexicano, al tumbar al puertorriqueño Ángel Espada.

Este triunfo marcó un hito en su carrera profesional, convirtiéndole en uno de los grandes del pugilismo mexicano y también, un ícono total idolatrada por la afición mexicana.

Teófilo Stevenson

Fuente: New York Times

Teófilo Stevenson Lawrence fue un boxeador amateur cubano nacido el 29 de marzo de 1952 en Las Tunas.

El ganador de tres medallas de oro olímpicas, cinco hipotéticamente hablando ya que nunca tuvo el chance de explorar esta posibilidad gracias al famoso boicot cubano de los Juegos Olímpicos de los años 1984 y 1988.

No obstante, ser ganador de tres medallas de oro olímpicos sigue siendo una hazaña distinguida que hasta hoy, pocos han logrado.

“El Caballero del Ring” fue uno de los boxeadores más queridos y celebrados en la historia del deporte y hasta hoy, muchos fanáticos del boxeo lo recuerdan con mucha admiración y mucho aprecio.

El aprendiz de John Herrera comenzó a boxear a los 14 años y no paró de triturar a sus oponentes a lo largo de las décadas. Eran pocos los rivales que lograban terminar en pie después de toparse con el cubano con los puños de piedra.

Al retirarse de su pasión, el ídolo cubano quien también fue tres veces Campeón Mundial en la categoría del peso pesado, había acumulado más de 300 victorias en el cuadrilátero.

El honorable boxeador nunca obtuvo ganacias de su gran talento y de hecho, rechazó todo y cada oferta y oportunidad para hacerlo. Sólo se enorgullecía en representar a su país y cada puñetazo tirado realmente fue en honor a su patria.