Tesoro Inesperado

Como dice el dicho “Lo que uno no quiere, al otro le viene bien”. Esta es la imagen emblemática de esta máxima. Esta foto es icónica por su naturaleza inusual e inesperada. Está compuesta de elementos incompatibles y, por lo tanto, da mucho que pensar a sus observadores. Aquí está un soldado justo en el centro de Chechenia en 1994, completamente asolada por la guerra, escueta, desierta, pelada; tocando un piano desperdiciado. Parece un pueblo fantasma, el paisaje se encuentra sin color, soso, agobiado por la muerte característica del periodo posguerra. Aun así, en el culo del mundo, logra encontrar un poco de alegría, de paz; algo que le distrae un poco de la insipidez que le rodea.
Seguramente, este pequeño momento le dio la oportunidad de reflexionar sobre tiempos mejores, un alivio temporal. El escritor de esta historia visual (el fotógrafo) sigue desconocido, pero podemos admirar aun esta obra de arte sombría que logra transportarnos a través del tiempo, a este paisaje desolador. Esta foto nos enseña que podemos encontrar la paz en medio del ruido y también que el concepto del valor es algo subjetivo. Además, de esta imagen, conseguimos una pertinente rememoración de que ni el tiempo, ni la tragedia nos puede quitar lo intrínsicamente útil y bonito. La música sigue siendo algo bonito, un bálsamo, a pesar de su fuente.